París, abril de 1958. Querida familia:
La memoria es un músculo raro, se mueve solo cuando uno menos lo espera. Hoy
al teatro donde vamos a tocar y al subir las escaleras
por un segundo si había cerrado la puerta con llave, como si estuviera en la escalera de casa.
de la escalera y de esa forma rara en que la miraba la abuela, como a un lugar prohibido. Pobre abuela.
- A: Hija.
- B: Apóyate en mi mamá.
- C: Celia.
No sé si ustedes se acuerdan pero la abuela siempre tenía miedo de caerse de espaldas. Nadie entendía bien porqué, pero todos íbamos detrás para ayudarla. Creo recordar, aunque quizás lo estoy inventando, que una noche de Navidad, la abuela
un poco demás y
la única vez que
del tema.
- A: Es que si me llego a caer no me levanto más.
- D: Pero estamos todos para ayudarte.
- A: Es igual.
- B: Vamos Ernesto. ¡Dale!
El verdadero descubrimiento
despúes. Por un motivo o por otro, nunca
a hablar del tema. Igual la familia entera
movilizándose para ayudar a la abuela. Mamá
la ciudad buscando zapatos con suelas antideslizante y cosas por el estilo. Nora se
en un bastón humano. Jorge y yo solo podíamos jugar en el jardín. Papá
cambiar todos los baldasas y
las alfombras.
La casa se
un poco rara, pero la vida
igual. Y no era peor que otras vidas.
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